
Ayuda a domicilio León, terapias afectivas para Alzheimer, demencias y enfermedades de niños y mayores.
Desde Interdomicilio León, empresa de asistencia a domicilio, hablamos hoy de la importancia de las caricias, los abrazos y las muestras de cariño de los cuidadores.
La Demencia senil, el Alzheimer, el Parkinson y otras enfermedades que llevan asociadas una disminución, generalmente gradual, de varias de las funciones intelectuales, son enfermedades que cambian la vida de quien la padece y que provocan cambios de carácter y poco a poco una disminución progresiva para razonar, reconocer, reconocerse, utilizar las cosas en el enfermo. En definitiva, pierden la independencia y necesitan de cuidados constantes.
Aunque las demencias las padecen entre el 5 y el 10 % de la población de los mayores, los problemas de memoria afectan justamente al 50 % de las personas mayores de 65 años.
El pilar básico del tratamiento de la demencia lo constituyen las medidas no farmacológicas de atención al enfermo y al cuidador principal.
Las personas que las padecen van perdiendo la facultad de expresarse y comprender, pierden vocabulario y capacidad de hablar. Si no hacen lo que les pedimos en la mayoría de los casos es porque no saben qué tienen que hacer, o no comprenden. Los cambios de humor son constantes con posibles irritaciones sin motivo o los estados depresivos.
La sonrisa es una de las últimas cosas que se pierden y si hay algo que no pierden nunca es precisamente la capacidad de reconocer el afecto, las caricias, los abrazos y en general las manifestaciones de cariño.
Las necesidades fundamentales son los problemas de salud física como el insomnio, estreñimiento o la alimentación. El acompañamiento de ayudas a domicilio que le den descansos a la familia y la atención de un psicólogo para los familiares a nivel particular, charlas con las distintas asociaciones que pueden explicar los distintos procesos y claves para atajar las distintas fases del enfermo.
En fases más avanzadas hay que recordar vigilar las llagas, deshidratación, atragantamientos, conviene estar muy atento a la hora de la comida y tener paciencia. El aseo se hace más difícil por tanto necesitaremos ayuda para las duchas y si está en la cama llevar un aseo minucioso diario y es conveniente darle masajes para las articulaciones, si fuese posible ponerse en manos de un fisioterapeuta y seguir sus consejos.
Los ejercicios de memoria son importantes y para ello podemos enseñarle fotos de la familia recordando los nombres, hacerle participar, que intente contar cosas a los más pequeños de la casa con nuestra ayuda y procurar intentar jugar a cartas, dominó o rompecabezas que les haga activar el cerebro…Estimulando las facultades que todavía tiene, pero sin exigirle demasiado, sin desanimarle con continuos fracasos. Sin regañarle si se pone nervioso.
Cuando empiece a desorientarse, no debe salir de casa sólo. Conviene fijar horarios y rutinas diarias sin demasiados cambios para lavarse, desayunar, comer, o la hora del paseo.
Para comunicarnos con él es mejor hacerlo mirándolo a los ojos, utilizando gestos, sin discusiones, con frases sencillas y repetírselo las veces necesarias. Tener paciencia y no atosigarle. Cuando notemos que ya no nos comprende lo primero es revisar si hay algún problema en la vista o el oído diciéndoselo a su médico y luego utilizar más gestos, con caricias constantes, darle mucho la mano para darle confianza y que se sienta más seguro y acompañado.
Poder devolver a nuestros padres en su vejez todo el amor incondicional que nos han dado a lo largo de su vida, nos ayudará a sobrellevar el duro trance de ver cómo pierden sus facultades y se intercambian los papeles.
Debemos aceptar esta nueva situación y las limitaciones en ellos con paciencia.
Al principio en lo posible hay que estimularlo para que no se aísle, incorporarlo a grupos de actividades y que se sienta lo más integrado posible dentro de la propia familia haciéndole participar en nuestras actividades y conversaciones.
Lo básico es culpar a la enfermedad y no al enfermo, no hacer comentarios negativos en su presencia, ni discutir con él. Estimular al paciente para que continúe utilizando las facultades que todavía le quedan, sin exigirle más de lo que puede hacer y recordar que la mejor terapia que existe hoy día para tratar estas enfermedades es el cariño. A pesar de sus limitaciones de comunicación, tienen muchos momentos de lucidez y consciencia en las que el cariño es siempre la mejor terapia. Incluso aunque no reconozcan, saberse acompañados y sentirse amados.
El sentido del humor es lo mejor para enfrentarse con una demencia y poder, en lo posible, vivirlo así de otra manera.
La mayoría de ancianos prefieren quedarse en su casa, en un ámbito conocido, que les aporta más seguridad y al que están más acostumbrados, cuando sea posible, tampoco se recomienda cambiarlos mucho de domicilio.
Resulta fundamental motivar a toda la familia incluidos los nietos a colaborar en las tareas de cuidado.
Procurar no gritarles ni me regañarles mucho, hablarles de forma tranquila, que estén acompañados el mayor tiempo posible, que se les trate con respeto. Que reciban abrazos y caricias a menudo para que perciban que son queridos.
El sentir afecto es una necesidad primaria imprescindible para la supervivencia. Los niños, los ancianos y los enfermos necesitan más.
El cuidador debe saber también rodearse de cariño ya que los enfermos de demencias muchas veces no pueden devolvernos esos gestos de amor y la persona tiende a sentirse sola y deprimida.
Los besos y abrazos promueven la producción natural de endorfinas, con efecto analgésico y estabilizante en la salud. El cerebro favorece la producción natural de catecolaminas como la adrenalina, que estimula la función cardiaca y la circulación.
Los enfermos se ven beneficiados por algo tan sencillo y valioso como un beso o una caricia afectuosa neutralizando el estrés.
Las terapias no farmacológicas aplicadas por profesionales terapeutas ocupacionales, logopedas, psicólogos y fisioterapeutas son de gran importancia.
Existen actualmente muchas terapias dirigidas a estimular capacidades cognitivas, provocar un refuerzo afectivo y a mejorar el estado físico.
En Interdomicilio León contamos con profesionales sanitarios de confianza de ayuda a domicilio para aplicación de estas terapias.
Psicoterapia para soportar el estrés derivado de la pérdida de capacidades cognitivas.
Masaje y tacto que, a través del contacto físico, busca la mejoría afectiva y conductual.
Relajación: Intervención física y cognitiva para liberar al paciente de la tensión muscular y de la ansiedad acompañada algunas veces de estimulación eléctrica con corrientes para mejora del sueño y funciones cognitivas.
Terapias con logopedas que estimulan la comunicación y mejora del lenguaje.
Otras terapias no farmacológicas van más orientadas al cuidador.
Apoyo psicológico al cuidador vías para la descarga o refuerzo afectivo.
Educación y entrenamiento: Aprendizaje de técnicas de tipo cognitivo-conductual dirigidas a manejar el estrés derivado del papel de cuidador.
Cuidados de respiro: Aplicación rutinaria de servicios dirigidos a aliviar la carga con ayuda en el domicilio por parte de nuestro personal por horas o internas.
Estudios recientes con ensayos clínicos en los que se administró terapia ocupacional y apoyo a los cuidadores en el domicilio de personas con demencia demuestran que las mejorías en las actividades de la vida diaria del paciente, en la afectividad y calidad de vida del paciente y del cuidador no han sido logradas con ningún otro tipo de intervención.
Póngase en las mejores manos con Interdomicilio León. Personal de ayuda a domicilio y terapias con psicólogo, logopeda, terapeuta ocupacional y fisioterapeuta en su propio hogar.
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