
Interdomicilio León, ayuda asistencial
Los pies aguantan el peso del cuerpo durante todo el día y desde Interdomicilio León aconsejamos que sean objeto de la atención necesaria y más especialmente en los mayores.
Caminar es uno de los ejercicios más sanos. Un simple callo o la rozadura de un zapato puede convertir un agradable paseo en una tortura. Un buen calzado, cómodo y de materiales blandos, es muy importante para nuestros pies. No es conveniente llevar zapatos altos, ni planos, sino de una altura media. Si el calzado es para una persona mayor, es conveniente que tenga suelas antideslizantes aunque no tanto como para frenar constantemente el movimiento y apretar así los dedos en cada paso.
Generalmente, solemos visitar al podólogo cuando ya no nos queda más remedio. Sin embargo, las callosidades no aparecen de la noche a la mañana sino que son procesos que necesitan tiempo para formarse. Síntomas como el enrojecimiento de la piel continuado por la rozadura, si no se hace caso, la piel se defiende de la rozadura y se va acumulando formando una callosidad o dureza que terminará causando molestias.
Las visitas regulares con especialistas nos ayudan a mantener a raya cualquier dureza que se presente en el pie, evitando así deformaciones y tratamientos posteriores más duros. Desde Interdomicilio León recomendamos no quitarse uno mismo los callos o utilizar productos de farmacia con elementos abrasivos cuyas consecuencias pueden ser peores.
La higiene es también una aspecto fundamental, pues las personas mayores son propensas a la formación de hongos en pies y uñas debido a la dificultad para lavarse y secarse adecuadamente los pies, es importante secar bien entre los dedos para evitar las micosis.
Durante la tercera edad las visitas al podólogo deben ser periódicas, y es que muchas veces los pacientes no pueden revisar sus pies de forma profunda, por lo que necesitan que un especialista lo haga por ellos.
Desde Interdomicilio León aconsejamos, más ahora con el calor, que cuando los pies están muy cansados y doloridos, se pongan en remojo durante unos minutos en agua tibia con una cucharada de sal y otra de bicarbonato. Aplicar luego una crema hidratante, mejor una especial para pies, los masajes con aceites esenciales también suavizan la piel endurecida. Acostarse luego con un almohadón debajo de los pies para levantar la zona y activar la circulación que alivie las tensiones.
El personal asistencial de ayuda a domicilio puede realizar estos masajes en los pies y piernas para mantenerlos hidratados y activar la circulación.
Problemas como callos, durezas, juanetes, dedos en garra u otras patologías sin tratar, pueden llevar a adoptar posturas incorrectas al caminar que, a la larga, pueden perjudicar la movilidad y estabilidad del cuerpo. Si a esto le añadimos enfermedades como artrosis, fracturas, descalcificación ósea, problemas vasculares, neurológicos o de diabetes, nuestros pies tendrán muchas dificultades para una correcta movilidad.
El sistema locomotor se atrofia a medida que lo dejamos de utilizar. Caminar o pasear son vitales para las personas, especialmente personas mayores que deben de permanecer activas para no perder movilidad.
También puede leer otros artículos como
Piernas cansadas, causas y cómo actuar
Cónsejos para artrosis de cadera (Parte I)
Ventajas de envejecer en tu propia casa